En los últimos tres días de nuestro curso de inglés en Monaghan, Marina nos cuenta cómo nuestros #scholers están disfrutando de la convivencia con sus familias anfitrionas, las clases con su profesor nativo, John, y las muchas actividades que han realizado. Entre ellas, han escrito y enviado una carta a sus familias en España, han jugado a fútbol y a otros deportes tradicionales irlandeses como el hurling, han ido a la piscina municipal de Monaghan, han jugado a bingo en la escuela o disfrutado de una cena al aire libre en Peter’s Lake Park con deliciosa comida del restaurante asiático Mag’s.

Ya estamos de vuelta para contaros cómo han ido estos tres últimos días, ¡y la verdad es que no han podido ser más completos! El martes retomamos las clases con normalidad junto a John, nuestro profesor nativo, y trabajamos un poco de todo. Uno de los momentos más especiales fue cuando escribimos una carta para nuestras familias en España… ¡y la enviamos desde la oficina de correos de Monaghan con su sello irlandés y todo! Estad atentos al buzón, porque muy pronto recibiréis noticias escritas con mucho cariño.

Después de clase, jugamos un partido de fútbol en las instalaciones exteriores del Beech Hill College, aprovechando el buen tiempo. ¡Y es que, de momento, el clima está acompañando! Por la tarde tuvimos jornada de actividades deportivas en el gimnasio del centro, donde jugamos a dodgeball, “pueblo duerme” y también probamos el hurling, un deporte típico de aquí que John nos enseñó y que llamó bastante la atención. Al principio les costaba acertar a darle bien a la pelota con el hurley (así se llama el palo), pero poco a poco le fueron pillando el truquillo. Acabamos el día volviendo a casa con nuestras familias anfitrionas para seguir compartiendo tiempo con ellos, ya que uno de los puntos fuertes del programa es justo ese: aprovechar al máximo la convivencia para mejorar el inglés y conocer mejor la cultura local.

El miércoles fue un día bastante completo. Tras las clases y el packed lunch, fuimos a la piscina municipal climatizada de Monaghan. Lo pasaron muy bien nadando, tirándose por los toboganes… y verlos a todos con gorro de natación tuvo su gracia. Después de una ducha rápida en las instalaciones, aún tuvimos tiempo de ir al centro comercial y dar una vuelta por el pueblo. Algunos se quedaron de compras y otros vinieron conmigo a pasear por zonas más tranquilas, como Peter’s Lake, que estaba lleno de patos. A las 17:30 nos recogieron las familias para cenar en casa y descansar para recargar fuerzas.

El jueves fue un día algo distinto. Llegó otro grupo desde Madrid, así que ahora seremos más por aquí. Tras las clases, el tiempo cambió de golpe y empezó a llover bastante, así que tuvimos que aplazar la excursión al Rossmore Park. En su lugar organizamos un divertido bingo en el colegio, que gustó mucho. Había premios de chuches y momentos muy graciosos: unos estaban a punto de ganar y no les salía el número, y otros que iban más perdidos terminaron cantando bingo. Además, John, con cada número, decía una frase o rima típica del juego, lo que ayudó a meternos aún más en el ambiente.

Y por la tarde, como plan especial, cenamos todos juntos. Fuimos al restaurante asiático Mag’s, pedimos comida para llevar y, como el tiempo ya había mejorado, fuimos a cenar al aire libre en Peter’s Lake Park. Allí, entre bancos y con buenas vistas, pasamos una tarde muy chula, con muchas risas y muy buen ambiente. Eso sí… ¡sin servilletas! Menos mal que el centro comercial quedaba cerca y volvimos rápido a lavarnos las manos, jajaja.

En resumen, han sido tres días bastante completos y variados. Poco a poco, los chicos y chicas se están adaptando más, conociendo mejor el pueblo y disfrutando de todo lo que ofrece esta experiencia.

¡Seguiremos contando más muy pronto!